(RESEÑA) Cazadores de Sombras III: Ciudad de Cristal, de Cassandra Clare.

RESEÑA. Cazadores de Sombras III: Ciudad de Cristal, de Cassandra Clare.


''Arriesgando su vida, Clary no duda en entrar en la Ciudad de Cristal sin permiso. Además, ha conocido a un misterioso y encantador cazador de sombras llamado Sebastian, y está decidida a descubrir los secretos de su pasado familiar. Pero otras urgencias la apremian: lidiar con la insolencia de Jace; reencontrarse con Simon; y, sobre todo, conseguir que licántropos, vampiros y cazadores de sombras dejen a un lado sus diferencias y aúnen fuerzas para vencer a Valentine. ¿Lo conseguirá?''

#Crítica SIN SPOILERS.
En este tercer y no último libro de la saga, una vez más (y no me cansaré de repetir), Cassandra Clare vuelve a sorprenderme gratamente. Podría llegar a la conclusión de que éste final temporal de saga me ha dejado buen sabor de boca: incluso puedo afirmar que me ha parecido el mejor de los tres libros. Todo lo que ha tenido la saga desde el principio, lo ha mantenido en su justa medida (como a mí me gusta, no que en el principio sea insulto y al final emocionante, o al revés): fantasía, amor, lucha, desamor, ilusiones, desilusiones, amistad, sueños... ya sabéis que para mí esta saga es como un libro tradicional... es una lectura que no puede debería faltar en vuestras estanterías.

Seguimos viviendo entre bastantes razas fantásticas (cuando leí el primer tomo, creía que eran mil y una y que no me acostumbraría a ellas, pero sólo son unas pocas y, aunque las principales sean los nefilim, se les toma cariño a todas): cazadores de sombras, demonios, brujos, hadas, vampiros, licántropos...y puedo aseguraros que no os empacharéis jamás, me juego la cabeza. Para todos aquellos que como muchos, buscáis un respiro de ''crepusculeo'' sin tanto vampirismo y licantropía suelta, os animo a leerlo. Seguirán apareciendo estas razas, pero no serán el objetivo central de la trama, ni mucho menos... os tomaréis un respiro, seguiréis conviviendo con ellos pero no os asfixiarán, y mientras, leeréis una novela fresca, original, y adictiva (ésto último, sin lugar a dudas).

#Crítica CON SPOILERS.
 En realidad, deberíamos darle gracias a Raziel. ¡Gracias, gracias, gracias! Llamadme loca, traumatizada o lo que os apetezca... pero llegué a un punto en el libro, en el que me pensaba que Valentine era una criatura inmortal... pero resultó ser que su peor pesadilla, quien consiguió llevarlo a su muerte, fue su propio hijo adoctivo, nuestro mi Jace. Cuando lo ví morir a orillas del Lago Lyn, no pude evitar llorar. Además de que aquí servidora es muy sentimental, que le he tomado un cariño indefinible al personaje de Jace, y que estaba más que dentro del libro (me sentía como si yo fuera la Copa Mortal que observaba con mirada iracunda desde la mesa de piedra), no pude evitar derramar una lágrima... pero en cuanto ví que Raziel le concedía un deseo a Clary, el cuerpo me hizo algo parecido a: ¡plaff!... se me cayeron unos ochocientos pesos de encima, porque me resultaba más que claro cual sería su deseo: que resucitase a Jace.


Respecto a personajes odiosos, por muy difícil que parezca, ha habido uno al que he odiado más que a Valentine: a Jonathan Christopher Morgenstern, vamos, a Sebastian Verlac, el angelito que tuvo por hermano a Clary, el moreno de bote... ¡ese sí que no tenía entrañas! Al menos, Valentine, confesaba sus secretos, y al final mostró sus sentimientos con Clary y Jace... y con Jocelyn, cuando estaban en Renwick, los mostró... pero, ¿y éste tipejo? ¡Menudo odioso! Me encantó el momento en que Jace lo mata (me sabió a gloria) y dice: ''Mi padre me enseñó que hay un lugar en la espalda de un hombre donde, si hundes un cuchillo, puedes perforarle el corazón y seccionarle la espina dorsal, todo a la vez'' ''Imagino que tuvimos el mismo regalo de cumpleaños ese año, ¿verdad?''... ¡qué momentazo! Para mí, era la muerte más esperada tras la de Valentine.


El mejor de los momentos, por supuesto, la relación entre Jace y Clary, y tambien la de Jocelyn y Luke (¡ya era hora!). Mientras tanto, el vampiro diurno, tras esa conversión que le ha provocado ésa belleza tan encantadora, nos tiene locas sobre a quién elegirá: Maia o Isabelle (a mí, me da igual... me gustan las dos chicas para él, pero podría quedarse con Maia, e Isabelle quedarse con el caballero hada... pero también, de sólo imaginar a Isabelle saliendo con Simon, ¡me centellean los ojos!).


Echaré de menos a personajes como Alec y Magnus (oh, son lindísimos), Isabelle, Max (oh Max, que poco duró el pobre... y qué majo era, aunque lo echaban de todos sitios, pobre), Clary y Jace, Amatis, Jocelyn y Luke... incluso a Raphael, Valentine, Malachi y Aline (a pesar de sus textos sarcásticos durante todo o casi todo el libro). Y sí, a Sebastian no lo echaré de menos.


En resumidas cuentas, el mejor libro que he leído en mi vida (aparte de por la originalidad y el cariño tomado a los personajes, porque es del género que más me apasiona en el mundo de la literatura).


#Calificación total del libro.
 

Por mi parte, nada más... ¡hasta la próxima reseña! ;)